El cementerio de niños (Chihuahua)
A todos nuestros desafortunados pasajeros, esperamos que sigan disfrutando de este viaje que apenas está comenzando, ojalá que la historia anterior no los haya dejado sin ganas de continuar, igual no pueden bajar de este autobús, porque recuerden que ya su alma nos pertenece. Ahora, para nuestro siguiente destino, nos dirigimos al caluroso estado de Chihuahua. Este sitio se caracteriza por estar rodeado de cadenas montañosas que lo alejan de las frescas aguas de las costas, siendo el causante de este clima seco que es tan propio del desierto.
Pero ustedes no están aquí para morir de calor, están aquí para escuchar nuestro siguiente relato, el cual ocurre en Ciudad Juárez, la ciudad más poblada de este gran estado.
Se dice que al oriente de esta ciudad, hay un sitio que los habitantes conocen como el cementerio de los niños. Este se encuentra ubicado por el Bulevar Juan Pablo II y Francisco Villareal Torres, este sitio se llama así porque la mayoría de niños que fallecían en la ciudad eran sepultados ahí. Sin embargo, los habitantes que han entrado dicen que hay tumbas olvidadas, sin lápidas, que se volvieron en pequeñas montañas de tierra con cruces, que solo en algunos casos llevan el nombre del pequeño que ahí descansa y lápidas con ángeles decapitados que dan una vibra macabra al sitio.
Se relata que dentro de este lugar, ocurre un suceso extraño, los vecinos relatan que estos pequeños salen por las noches a juguetear con los vivos que pasen por ahí y que no saben la historia de este lugar tan misterioso. Una noche un grupo de jóvenes entró al lugar y salieron corriendo al poco tiempo de haber llegado, les contaron a sus amigos que habían experimentado cosas extrañas que confirmaban lo que los vecinos les contaban, ellos relatan que llegaron al lugar en su auto, lograron entrar y a los cinco minutos escucharon risas y gritos de infantes, la piel se les erizó y no quisieron continuar y al momento de llegar a su auto vieron pequeñas huellas de niños en las ventanas de su vehículo. Esto les hizo preguntarse porque estos pequeños no encontraban la paz eterna.
Tiempo antes de que hubiera más casas o fraccionamientos alrededor, se dice que quienes pasaban ya muy noche por ahí podrían escuchar un grupo de pequeños jugando. Antes la iglesia consideraba que los recién nacidos llegaban al mundo con el pecado original y que si morían de forma prematura o sin ser bautizados, no podían trascender al paraíso, esto alimentó más la teoría de que aquellos pequeños siguen dentro del campo santo, aun sin poder encontrar la paz y el descanso eterno.
Los juarenses siguen pasando esta terrorífica historia de boca a boca, se dice que a lo lejos se pueden observar sus siluetas jugando y corriendo, hay incluso testimonios de desafortunados que fueron perseguidos hasta su casa por estos pequeños traviesos.
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