La tisigua (Chiapas)

 

Ahora mis queridos pasajeros, pasaremos a una tierra más cálida, estamos llegando al gran estado de Chiapas, conocido por albergar las ciudades prehispánicas más bellas de la república, como son Palenque, Yaxchilán entre otras, además están sus bellos ríos, cascadas y lagunas que comparten territorio con la majestuosa selva lacandona, un privilegio nacional.

Pero no recuerden, no estamos aquí por las riquezas naturales, sino por los relatos de misterio y terror que este bello estado nos esconde y que solo se pueden ver cuando el sol se esconde.

La siguiente historia nos remonta a una época en donde todavía se creía en brujos y nahuales, se dice que desde tiempos ancestrales los habitantes de la comunidad de Tuxtla Gutiérrez han contado historias de una hermosa pero malvado mujer que se aparecía en el rio Sabinal, para ser más precisos dentro de las pozas que se formaban entre los troncos de ahuehuetes. Antes, las aguas de ese rio eran limpias y muy cristalinas, en esa época a los jóvenes les gustaba bañarse dentro de esas aguas por largo tiempo, pero si se descuidaban podían tener la mala fortuna de encontrarse con esta horrible aparición.

Cierto día, un muchacho acudió para poder darse un refrescante baño. Al estar dentro del agua durante un largo tiempo, pudo sentir unas extrañas palmadas detrás suyo, sobresaltado, se dio vuelta y solo encontró hierba que había sido agitada de la orilla. Sin embargo, sentía como si alguien lo estuviera espiando, ya con los nervios de punta y con un sentimiento de intranquilidad, continuo nadando, unos minutos después escucho un ruido que lo puso en alerta, se escuchaba como si alguien estuviera silbando; cuando volvió a mirar, sus ojos no podían creer lo que estaban viendo, se encontró con una mujer que era extremadamente bella, tenía una piel tan blanca que parecía irreal, además su cabello rubio casi pelirrojo, con bastante semejanza al fuego. Además, esto le sumamos unos ojos tan azules que eran hipnotizantes, la única ´rende de vestir que llevaba esa espectacular mujer era una enagua que se transparentaba, la cual buscaba ocultar una esbelta y sensual figura.

Esta mujer le lanzaba una mirada llena de coquetería; el joven sintió como su sangre hervía al cruzar sus ojos con los de esa bella mujer, le inundo el deseo de tener un romance con aquella hermosa mujer. Sin pensarlo dos veces, el joven se fue detrás de aquella aparición que lo había cautivado, esa que al igual que una víbora, se había escabullado en medio de la maleza sin que se hiciera ningún daño. Por otro lado, el se iba tropezando y lastimando con las espinas que se asomaban de entre la hierba, tenia miedo de que llegara a pisar alguna culebra, pero aun con todo esto, no podía dejar de mirar a tan fascinante mujer, al final consiguió lo que su corazón anhelaba y los dos se fundieron en beso lleno de pasión.

Al cabo de un rato, la mujer se volvió a sumergir dentro de una poza cercana, el estaba tan hipnotizado por ella que hizo lo mismo, ansioso de poder abrazarla, la joven tomo el sombrero que llevaba con ella y lo lleno con agua. Lo coloco en la cabeza del joven, una vez puesto, el liquido paso a ser lodo hirviendo, del cual salía un horrible olor a azufre, el pobre tipo se quejo de dolor y ella solo se comenzó a reír con una maldad que no se había mostrado minutos antes y se palmeaba los muslos burlándose de este pobre sujeto.

Cuando el muchacho trato de reclamarle, se percató que se había vuelto a salir del agua y se volvió a perder entre la maleza, pero esta vez emanaba una risa escalofriante, fue ahí que perdió el conocimiento, se volvió loco y comenzó a balbucear, trato de ir tras aquella cosa, duro días vagando entre la selva, desnudo, con una mirada perdida y la boca siempre abierta hasta que fue encontrado por hombres de un pueblo cercano. Estos se encargaron de llevarlo a la iglesia y también con curanderos, pero nadie pudo sacarlo de esa locura que traía con él. El resto de sus días se la paso vagando, entre las casas, pidiendo comida de puerta en puerta y siempre buscando a esa mujer tan hermosa en los rostros de aquellas mujeres que lo ayudaban de vez en cuando con un plato de comida. Por eso hasta nuestros días, se les advierte a los jóvenes que no deben bañar se solos en las pozas del rio. Porque la Tisigua vaga por ahí buscando a sus próxima victima para arrebatarle su cordura.


foto via: wiki mitologia.

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